Lineas de Nazca significado resuelto: «Paisaje ritual»

Las líneas de Nazca, uno de los más famosos misterios de la antigüedad donde los haya, descansan a mitad de camino entre Palpa y Nazca, dos conocidas ciudades del Perú. Sobre el mismo desierto que floreció la cultura homónima, la cultura Nazca; la misma que dibujó sobre aquellas áridas tierras una serie de geoglifos enormes con formas geométricas y de animales, e incluso alguna humanoide. Figuras que sólo se pueden distinguir si se observan desde las alturas, la mayoría impresas entre los años que van del 200 a.C. hasta el 600 de nuestra era.

Su creación y su utilidad, tanto como su significado, han sido los grandes interrogantes que siempre han rodeado este enigma. Ya en los años 30 del siglo pasado los arqueólogos pusieron los pies sobre las mismas, iniciando los primeros exámenes documentados. A día de hoy se da por hecho la forma en que fueron realizadas las líneas, se piensa que los habitantes del lugar las crearon quitando simplemente las piedras y cascotes rojizos que descansan sobre la superficie del terreno. De modo que, tras dicha retirada, la blanca arenisca que hay por debajo resulta visible, quedando destacada en el paisaje. Más oscura en cambio, resulta la motivación que les llevara a dibujar esta suerte de gigantescos pictogramas.

Primero se pensó que aquellos surcos no eran otra cosa más que viejos caminos, pero pronto aparecieron con mucha fuerza, otras hipótesis que planteaban que las figuras configuraban algo así como centros de adoración. Lugares ceremoniales concebidos para adorar o conectar con las divinidades que moraban en los cielos. También de especial importancia, otra teoría señala que, incluso pueden formar parte de un inmenso calendario cuyo propósito principal sería apuntar al Sol y la Luna y otros cuerpos celestes como planetas, estrellas y constelaciones.

La verdad es que no resulta demasiado atractivo que las líneas de Nazca fuesen solo caminos, una teoría que fue formulada por primera vez por Julio Cesar Tello, antropólogo peruano. Sin embargo, ahora un grupo de arqueólogos japoneses aseguran que puede estar acertada, al menos en parte, después de examinar las líneas y tras descubrir un centenar de geoglifos que no se conocían.

Masato Sakai junto a otros investigadores de la Universidad de Yamagata presentaron sus estudios en la convención anual de la Sociedad Americana de Arqueología, celebrada en abril de 2015

Distintos grupos de personas intervinieron en la creación de las figuras

Masato Sakai y su equipo se encargaron de analizar la ubicación, los estilos y las formas en las que se construyeron estos últimos diseños recien hallados. Tareas necesarias para comprender las relaciones que presentan las diferentes imágenes entre ellas. Al parecer, son cuatro los diferentes tipos de figuras que además se agrupan en varias rutas. Diversos caminos pero con el mismo destino: Cahuachi, una ciudad preinca de la que hoy apenas se conserva una pirámide. No obstante, en otros tiempos de apogeo, era uno de los mayores centros de peregrinaje además de la capital de los Nazca.

Así es que los descubridores nipones, señalan importantes diferencias tanto en las formas de las figuras como en los tipos de construcción. Ya que a veces están formadas por haberse apartado todas las piedras del interior de los surcos, y en otras ocasiones encontramos que sólo se retiraron las de los bordes.

También apuntan estos arqueólogos que al menos dos culturas bastante diferenciadas, que disponían técnicas y símbolos desiguales, intervinieron en la construcción de las figuras. Unos geoglifos que esbozan diversos caminos o rutas que confluyen en Cahuachi.

¿Extraterrestres o avionetas?

En verdad estas dos han sido teorías que se han popularizado sobremanera y que ya empiezan a quedarse atrás. Diversos autores y escritores las han presentado como pruebas de un contacto extraterrestre en la antigüedad, tal es el caso del suizo Erich von Däniken o también el del difunto Zecharia Sitchin. Ambos coincidían en concebir las líneas de Nazca como pistas de aterrizaje para naves alienígenas. Las publicaciones de ambos han sido superventas y de alguna forma, incrementaron exponencialmente el interés de las personas por dichos trazos y figuras.

El problema es que muchísima gente da por hecho que las líneas de Nazca únicamente pueden ser distinguidas si se sobrevuelan, cosa que no es tal. Entonces es fácil caer en la tentación de pensar que aquello era para alguien que visitaba u observaba a sus creadores desde arriba. Sin embargo la totalidad de los geoglifos se divisan desde las colinas y montículos adyacentes. Es más, Maria Reiche, arqueóloga que dedicó su vida al estudio de las figuras, las descubría desde lo alto de pequeñas escaleras de trabajo.

Enigma resuelto: paisaje ritual

Y es que todo indica que la utilización de los geoglifos cambiaba con el tiempo, indican los arqueólogos japoneses. Primero se plasmaron como simples motivos rituales. Luego terminarían por ser colocadas a lo largo de las rutas de peregrinaje hacia Cahuachi. No es que sirvieran para indicar el camino, no, sino más bien para amenizarlo a la vista, además de imprimirle sentido ritual.

Durante siglos los pobladores del lugar han seguido cuidando algunas de las figuras a pesar de que se perdiera el conocimiento sobre su uso original. Un misterio que parece haberse desvelado con los estudios que han presentado Sakai y sus compañeros.

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Si lo deseas puedes ver el siguiente video que en muy pocos minutos te muestra las lineas de Nazca vistas mientras se las sobrevuela: